Tuesday, October 23, 2012

Bolzano, IT; Innsbrück, AT. Cruzando los Alpes.

Arrivederci, Italia; guten tag, Österreich!

Hoy ha tocado cruzar los Alpes. Sin embargo, antes de tomar el camino de Austria nos hemos detenido a pasar la mañana en la ciudad de Bolzano, a unos 60 km al norte de Trento y todavía a unos 75 km de la frontera con dicho país.

Bolzano, o Bozen, en alemán, es una ciudad situada también, al igual que Trento, a los pies del río Adige, en una posición envidiable donde se entrecruzan varios valles que bajan del corazón de los Alpes. De todos ellos, dos destacan sobre el resto; el valle que se dirige al Paso de Resia, situado al noroeste y por donde discurría la calzada romana histórica que comunicaba la ciudad de Verona con Augusta Vindelicorum (la moderna Augsburgo, en Alemania); y el valle del paso de Brennero, hacia el noreste, que se empezó a usar con asiduidad desde época carolingia y por donde discurre la moderna autopista que comunica Italia y Austria. Bolzano se encuentra justo en la confluencia de estos dos, paso obligado en el tránsito de personas y mercancías que tanto histórica como contemporáneamente han deseado cruzar los Alpes. A pesar de situarse muy cerca del corazón de los Alpes, el territorio circundante está salpicado de multitud de pueblecitos con un poblamiento bastante disperso donde destaca el cultivo de la vid, que cubre laderas enteras de las montañas anexas; y también numerosos prados que evocan paisajes propios alpinos. En un día soleado como el que nos ha tocado, la visión del enterno se hace idílica.

Viñedos y valle hacia el paso de Resia, Bolzano

Prado y paisaje de los alrededores, Bolzano

La ciudad me ha sorprendido por su belleza y suntuosidad. No es muy grande, pero entremezcla perfectamente la cultura mediterránea italiana con la centroeuropea austríaca. De hecho, el 75% de la gente es italoparlante por un 25% germanoparlante, pero ello es debido a que tras la Primera Guerra Mundial toda esta zona alpina pasó a manos italianas y Benito Mussolini, unos años después, llevó un intenso programa repoblador con gentes del sur para italianizar la zona. Hoy en día es una de las regiones más ricas de Italia, con una alta industria (los polígonos industriales son casi igual de extensos que la zona habitable de la ciudad) y donde destaca un marcado bilingüismo, constatado en que muchos carteles se encuentran en italiano y alemán.

Arco del triunfo posterior a la Primera Guerra Mundial, Bolzano

Arquitectura italiana fascista típica de los años 30, Bolzano

Históricamente, la zona ha estado siempre vinculada las regiones del sur de Alemania y al Tirol, y más tarde al Imperio Austrohúngaro. Ello se refleja en la arquitectura tanto medieval como moderna del lugar, ya que la ciudad está sembrada de edificios con un fuerte acento centroeuropeo. A mí me ha llamado especialmente la atención el Duomo, de planta basilical de una sola nave y con el tejado muy apuntado con un exterior recubierto de ricas cerámicas (con un aire a las catedrales de Viena y Praga), y numerosos palacios y casas de época moderna de marcado carácter imperial austriaco. También destaca un considerable conjunto de castillos y fortificaciones medievales y renacentistas situadas en los alrededores de la ciudad, vigilantes de los accesos a los valles cercanos que, encaramados en los alto de cerros y crestas, aliñan la belleza del lugar.

Il Duomo, Bolzano

Castel Mareccio, siglos XIII - XVI, Bolzano

Torre de Druso, siglo XIII, Bolzano

Iglesia de la Orden Teutónica, siglo XV. Ejemplo claro de arquitectura religiosa típica centroeuropea, Bolzano

Calle del centro, Bolzano

Edificios de época moderna, Bolzano

Torre y casas bajomedievales, de carácter centroeuropeo, Bolzano

Mercado de frutas y verduras en el centro, Bolzano

Calle del centro, Bolzano

Bonita casa señorial, Bolzano

Tras dejar Bolzano, continuamos nuestro viaje hacia el norte hasta cruzar la frontera en el paso de Brennero, y unos 35 km más al norte llegamos a la ciudad de Innsbrück. Ha sido curioso, en primer lugar, soportar los guantazos en forma de peajes (más de 20€ entre Trento e Innsbrück en total por unos 150 km) y, en segundo lugar, descender al valle del Inn (donde se encuentra Innsbrück) y contemplar una densa niebla asentada sobre el valle y la ciudad, visible desde la autopista por la que discurríamos, fruto de un fenómeno climático conocido como inversión térmica, y que se da en regiones geográficas como esta. Resulta sorprendente estar a 15 grados y 1000 metros de altitud en un día soleado bajando del puerto y arribar a la ciudad situada a 500 metros de altitud con un cielo completamente encapotado y menos de 10 grados de temperatura. Cosas del clima del lugar, cuanto menos curioso. De todas maneras, ¡no hay mejor manera que combatir el frío imperante que con una buena sopa goulash bien caliente!

Goulash austríaco, Innsbrück

Mañana más. Guten nacht!

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