Thursday, October 11, 2012

Bologna, IT. Las torres de la ciudad.

¡Buenos días!

Ya toca seguir escribiendo un poco sobre la historia de la ciudad. Hoy hablaré sobre uno de los elementos arquitectónicos más característicos de Bologna, que son sus torres medievales. De hecho, dos de ellas, la torre Asinelli y la torre Garisenda (Due Torri) son emblemas de la urbe.

Estas torres se caracterizan por su elevada altura y notoria estrechez, están edificadas en ladrillo y las más altas tienen los cimientos y la base en piedra para poder aguantar el peso de la construcción. Su historia se remonta a los siglos XII - XIII, durante la explosión económica y comercial de la urbe. Existen diversas teorías que intentan explicar los motivos de su construcción, pero todo parece indicar que cada torre era edificada por una familia de comerciantes a modo de ostentación de su riqueza y poder, rivalizando con torres de familias vecinas en monumentalidad y altura. Todo esto en un periodo muy turbulento de la historia de Italia, en mitad de las guerras entre güelfos y gibelinos (Papado contra el Sacro Imperio Germánico).

Aquí os presento una recreación de qué aspecto debió tener la ciudad de Bologna durante este momento de la Edad Media. Es interesante, de todas formas, detenerse a analizar la muralla existente en la foto para realizar una datación de la recreación. Analizando el contorno perimetral de la misma, la forma de las puertas y el elevado grado de densidad de la zona edificada en el interior, yo fecharía este grabado a mitad del siglo XIII, antes de la edificación de la cerca muraria exterior. La verdad es que la ciudad debió tener un aspecto impresionante, ya que parecía una especie de Manhattan medieval.

Recreación medieval de la ciudad, Bologna

Sin embargo, tan sólo un puñado de torres han llegado hasta nuestros días, aunque algunos estudios apuntan a que debieron existir más de 100. Algunas se han preservado íntegras, otras inclinadas por el peso de la construcción y la inestabilidad del terreno, otras parcialmente desmochadas y otras tantas como parte de edificaciones posteriores. Parece ser que ya a finales del siglo XIII muchas torres fueron desmanteladas y otras tantas se habían derrumbado. Con el paso de los siglos, este fenómeno se acrecentó, ya que el grado de deterioro en el que se encontraban muchas de ellas hizo que el Comune de la ciudad optara por la demolición como elemento preventivo. Y, para rematar, la mentalidad destructiva para con el patrimonio antiguo de la revolución industrial y los bombardeos aliados de la Segunda Guerra Mundial terminaron de hacer el resto, reduciendo su número a algo meramente testimonial.

En la actualidad se conservan tan sólo unas pocas torres, que están salpicadas por el casco urbano de la ciudad, y tienen y han tenido funciones diversas. La torre Asinelli y su vecina Garisenda marcan el corazón de Bologna (Due Torri); la primera es la más alta de la ciudad (96 metros) y ya en el siglo XIV fue comprada por el Comune de la ciudad, y la segunda tiene un marcado grado de inclinación y fue incluso cantada por Dante en sus escritos. Luego está también la torre Azzoguidi, que no he podido visitar, y otra más también marcadamente monumental que fue prisión arzobispal a fines de la Edad Media y hoy en día es un hotel que, por cierto, debe tener un exquisito encanto. El resto de torres que se conservan son más bien pequeñitas, están parcialmente desmochadas o han sido muy modificadas en épocas posteriores.


Torre Garisenda, Bologna

Torres Garisenda y Asinelli, Bologna

Torre Asinelli y Garisenda, Bologna

Torre Garisenda desde lo alto de la Torre Asinelli, Bologna 

Torre Azzoguidi, Bologna

Torre medieval, Bologna

Torre medieval, Bologna

Creo que merecía la pena escribir un post dedicado específicamente a las torres de la ciudad. El próximo día escribiré sobre los monumentos más sobresalientes de la ciudad de Bologna, ¡que todavía no los he tratado! Me voy a morder la lengua, ¡pero no voy a adelantar nada!

Hoy la verdad es que me he visto con fuerzas para escribir sobre esto, ya que ayer tocó descanso moderado (a las 2 de la mañana en la cama) después de salidas ininterrumpidas entre Parma y Bologna desde el sábado pasado. Ya era hora, así que esta mañana tengo la cabeza despejada. Y hoy, encima, es el cumpleaños de Paula, compañera de piso de Fernando, y toca salir a reventar la noche; así que doble motivo para desencadenar el descanso de ayer. Qué remedio, que estamos de Erasmus. Sí, yo también, que mimetizo con el ambiente como si fuera un camaleón, y de hecho quien no se lo crea que se acuerde de lo del carnet. Más metido en la papel, imposible. Pero pasándomelo como enano, todo sea dicho.

¡Hasta pronto!

2 comments:

  1. Me encanta el Manhattan Medieval!!! jajaja estoy enganchadísima a tus post! En breve te escribiré otro comment! Pero que bueno que lo estas pasando como universitario jajajaja quién estuviera de Erasmus de nuevo... (suspiro de añoranza jeje). Besitos!!!

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  2. Gracias Stefita! Me alegro que te guste y que me sigas, así estamos un poco más cerca. Muchos besos!

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