Wednesday, October 31, 2012

Nürnberg, DE. Tour por la mayor urbe de Franconia.

¡Vaya día más duro fue ayer! Pero gratificante. Habré andado unos 15 kilómetros, sin exagerar, haciendo eses dentro de la ciudad Nürnberg para contemplar sus calles, plazas y monumentos más significativos. Y luego, como colofón, he recorrido su perímetro amurallado para contemplar los restos de fortificaciones y murallas, que son impresionantes y se encuentran muy bien conservados. Pero vayamos por partes, porque Nürnberg lo merece.

En primer lugar, dar las gracias a mi couch hoster en la ciudad, Egle, una chica lituana que vive y trabaja desde hace dos años aquí y me ha acogido en su casa durante unos días. Mientras ella trabaja yo me dedico a hacer un poco de turismo, y luego por la tarde/noche nos juntamos para tomar alguna cerveza, dar una vuelta, charlar un poco o preparar algo de cenar. ¡Así que ya ha caído la segunda tortilla de patatas del viaje! Marca de la casa, por supuesto. Y bien rica. ¡Gracias Egle!

Volviendo al tema en cuestión, Nürnberg me ha sorprendido gratamente. Llegaba con pocas expectativas a una urbe que sabía había sufrido con creces los estragos de la Segunda Guerra Mundial, pero la experiencia es ampliamente positiva. Se conserva la mayor parte del perímetro amurallado, con torres y lienzos medievales, bastiones renacentistas y baluartes del siglo XVII, a veces incluso con barbacana. La mayor parte de sus iglesias son impresionantes, nobles ejemplos góticos de tipo alemán de una sutileza y finura indescriptibles. Y, por si fuera poco, presenta multitud de casas medievales y barrocas desperdigadas por el casco antiguo, que se alterna con zonas más modernas fruto de la reconstrucción post-bélica. Por no hablar del suntuoso Kaiserburg (castillo imperial), que mejor me lo reservo para luego. Porque vaya tela. Canela fina. En general, una ciudad cosmopolita, viva, con zonas comerciales y mercados bulliciosos, cafés animados y demás. Bonito lugar para pasar una temporada, diría yo. Anotada en la lista de los sitios a los que hay que volver.

Vista de la ciudad desde el Kaiserburg (castillo), Nürnberg

Como he comentado en el párrafo anterior, muchos barrios de la ciudad vieja tienen un look and feel moderno debido a las reconstrucciones efectuadas a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, se conservan otras zonas algo más añejas. Me ha llamado la atención una gran plaza que se sitúa en la zona norte, el Hauptmarkt. Aparte de su belleza plástica, posee un mercado permanente de puestos de fruta y verdura y las veces que he pasado lo he encontrado siempre bastante animado. Por otro lado, en una de las esquinas de esta plaza se yergue una bellísima fuente medieval de estilo gótico tardío, policromada con vivos colores y decorada con multitud de esculturas que representan a reyes y otras personalidades. Vale la pena detenerse un rato y observar sus detalles, que no tienen desperdicio.

Karolinenstrasse, Nürnberg

Karolinenstrasse, Nürnberg

Hauptmarkt y fuente medieval, Nürnberg

Hauptmarkt, Nürnberg

En cuanto a la estructura urbana, la ciudad me recuerda un poco a París, ya que el casco histórico no se asienta casi en su totalidad sobre una de las orillas de un río (en este caso, el río Pegnitz), como pasa en la mayoría de ciudades. Al igual que en la capital francesa, el río parte en dos porciones la ciudad vieja, cuyo cauce queda perfectamente integrado en el entremado. Este hecho, unido a la existencia de multitud de puentes que permiten el paso sobre el río, le otorga una belleza especial.

Río a su paso por la ciudad, Nürnberg

Río a su paso por la ciudad, Nürnberg

Río a su paso por la ciudad, Nürnberg

Río a su paso por la ciudad, Nürnberg

Con respecto a la arquitectura religiosa, Nürnberg se caracteriza por tener bellísimas iglesias de estilo gótico, sobre todo gótico tardío de finales del XV y principios del XVI. Dos destacan sobre el resto, la iglesia de San Lorenzo y la de San Sebaldo, una en cada mitad del río y que ejercen de auténticos ejes vertebradores de sus respectivos barrios. Se podría decir que ambas son auténticas catedrales, de una monumentalidad y dimensiones impresionantes y de estructura muy similar. En ambas, la nave central no es uniforme, si no que consta de dos partes. Una primera, cercana a la entrada principal, más baja, estrecha y discreta, y una segunda donde se encuentra el ábside que dobla en altura a la primera y se ensancha levemente hacia las capillas laterales. Podría entender este hecho en San Sebaldo, ya que esta iglesia presenta elementos de estilo románico en alguna de las torres y ventanas y pórticos laterales del primer cuerpo. Estos elementos hacen inferior una primera estructura románica en transición hacia el gótico inicial, aunque  el cuerpo de mayor altura es claramente gótico tardío, del siglo XV. El típico añadido posterior, no hay problema. Pero en cambio, San Lorenzo es toda del siglo XV, en gótico tardío, y presenta la misma estructura que la anterior en cuanto a dos cuerpos bin diferenciados en anchura y altura. Qué curioso. En fin, todo no se puede saber. Duda metódica, como decía mi amigo René. También me ha gustado mucho, por su coquetería, la iglesia de Nuestra Señora (Frauenkirche), que se encuentra en la plaza Hauptmarkt, presidiéndola.

Lorenzkirche, vista frontal, Nürnberg

Lorenzkirche, vista lateral, Nürnberg

Sebaldkirche, vista frontal, Nürnberg

Sebaldkirche, vista lateral, Nürnberg

Frauenkirche y Hauptmartk, Nürnberg

Seguramente muchos de los edificios que presento a continuación han sido reconstruidos, ya que el 80% de la ciudad de Nürnberg se fue a tomar viento durante los bombardeos de 1944 y 1945. Sin embargo, la restauración se ha llevado a cabo con encanto, aunando esfuerzos por preservar lo que no fue arrasado e intentando mantener las formas originales en todo aquello que se ha podido recuperar. El resultado es una mezcla ecléctica de edificios modernos con antiguos (o de estética antigua), pero que da una idea de la arquitectura típica de la ciudad.

Edificio medieval, Nürnberg

Edificio medieval en Lorenzerplatz, Nürnberg

Edificio medieval, Nürnberg

Casa medieval, siglo XIV, Nürnberg

Antigua casa de Albrecht Durer (Alberto Durero), Nürnberg

Además, Nürnberg posee otras nobles edificaciones de diferentes épocas, no menos monumentales que las anteriores. Aquí muestro una iglesia neoclásica con las típicas formas del arte austríaco imperial, la Ópera (de finales del XIX o principios del XX,) y, finalmente, la estación de trenes, seguramente de principios del XX y que presenta un porte magnífico. El primer edificio dentro del antiguo perímetro amurallado, los dos últimos en el exterior del mismo aunque muy próximos a la muralla, en la zona sur de la ciudad.

Iglesia neoclásica en la Jakobsplatz, Nürnberg

Ópera, Nürnberg

Hauptbanhof (estación de tren), Nürnberg

Y ahora el plato fuerte, que he saboreado como enano. Hablo del Kaiserburg, el antiguo castillo imperial, que se alza majestuoso en lo alto de la colina que corona el barrio de San Sebaldo, es decir, la zona situada al norte del río. Edificado inicialmente en el siglo XI, posee restos visibles datables entre los siglos XII y XVII, y es uno de los palacios/fortalezas más imponentes de toda Alemania. Para comprender mejor su importancia, un poquito de historia. Nürnberg, junto con Augsburg, gozó de una posición privilegiada a nivel comercial durante buena parte de la plena y baja Edad Media, ya que la ruta principal que venía de Italia y se dirigía hacia el norte de Europa pasaba por ambas ciudades. Sin embargo, Nürnberg tuvo mucha más importancia a nivel político que la segunda. Desde el siglo X, y hasta época napoleónica, lo que hoy es Alemania estaba conformado por un conglomerado de ciudades libres, principados y señoríos feudales de diferente orden, tamaño e importancia que estaban agrupados en una entidad política conocida como el Sacro Imperio Romano Germánico, cuya cabeza era el emperador y, siglos más tarde, el rey. Pues bien, estos estados se gobernaban en base a unos complicadísimos estatutos y fueros que no voy a detenerme a explicar, tan sólo comentar que el castillo de Nürnberg era el lugar donde con más frecuencia se reunía la Dieta Imperial (algo así como una cámara de representantes de los diferentes territorios del Imperio) y la Corte Imperial. Con lo cual, Nürnberg fue durante muchos siglos capital, sino oficial, sí oficiosa del Sacro Imperio Romano Germánico. Debido a ello, el castillo fue ampliado sucesivamente y ganado en suntuosidad y magnificiencia con el transcurrir de los siglos, ya que era residencia oficial del Emperador y lugar donde se celebraban estas especies de Cortes Alemanas. Destacan una torre y capillas románicas, de época del emperador Federico Barbarroja (el que participó en la III Cruzada) y de la de sus sucesores, aunque la mayor parte es de fábrica gótica tardía del siglo XV. También tiene añadidos renacentistas y, por la parte exterior, numerosos baluartes defensivos típicos de la arquitectura militar del siglo XVII, supongo que pare reforzar la ciudad antes las convulsas décadas que se sucedieron durante la Guerra de los Treinta Años.

Kaiserburg, vista desde el interior de la ciudad, Nürnberg

Kaiserburg, vista desde el interior de la ciudad, Nürnberg

Kaiserburg, interior de la fortaleza, Nürnberg

Torre cilíndrica del Kaiserburg, Nürnberg

Torre y capilla románicas del Kaiserburg, siglo XII, Nürnberg

Interior del Kaiserburg, Nürnberg

Kaiserburg, vista desde el exterior, Nürnberg

Para continuar con la arquitectura militar, no puedo dejar de hablar de las puertas, torres y murallas con las que consta la ciudad. La mayor parte de elementos defensivos que se presentan en la actualidad, en muy buen estado o muy bien restaurados o reconstruidos (todo hay que decirlo), datan de los siglos XV y XVI. Sin embargo, he podido encontrar un par de puertas-torre del recinto primitivo de la urbe, cuando San Sebaldo y San Lorenzo eran ciudades independientes y cada una contaba con su propio recinto amurallado, hacia el siglo XIII. Es más, al igual que pasó en la ciudad de Pamplona (en su caso contaba con tres burgos independientes), con el discurrir de los años se derribaron sus muros intermedios y se reamuralló el conjunto unificado, aprovechando de paso para aumentar el perímetro y reforzarlo.

Vista de la ciudad en el año 1493, apreciandose el recinto amurallado y el Kaiserburg en lo alto, Nürnberg


Innerer Laufer Platz y puerta del siglo XIII, Nürnberg

Weiser Turm, siglo XIII, Nürnberg

Laufer Tor, Nürnberg

Neu Tor, Nürnberg

Ludwig Tor, Nürnberg

Königs Tor, Nürnberg

Puerta medieval, Nürnberg

Doble muralla, Nürnberg

Muralla medieval y restos de barbacana, Nürnberg

Doble muralla y mazmorras medievales al fondo, Nürnberg

Y, para finalizar, un detalle curioso. La ciudad de Nürnberg vio nacer y morir a uno de los grandes genios del Renacimiento, el pintor, humanista, matemático (y muchas otras cosas más) Albrecht Durer (Alberto Durero), figura clave durante su época (primer tercio del siglo XVI). Todavía se conserva su casa natal (en una foto más arriba), muy bonita por cierto. Sin embargo, a sus pies hay una escultura en bronce, moderna, muy notoria por su naturalismo. Esta escultura representa el actor principal de uno de los cuadros más famosos del genio, una acuarela de 1502 que representa a una liebre, trazada con unas formas, detalles y cuidados excelentes, de un realismo impropios para la época y que denotan la perfección técnica del pintor. Bonito homenaje por parte de la ciudad a uno de sus hijos más ilustres.

Acuera "La Liebre" de 1502, Durero

Escultura sobre la liebre de Durero frente a su casa natal, Nürnberg

Me voy por una buena cerveza de la tierra, que creo me la merezco después de escribir este Quijote sobre la ciudad de Nürnberg. ¡Buenas tardes!

Tuesday, October 30, 2012

Ulm, Nördlingen, Nürnberg, DE. Adentrándome en territorio bárbaro.

Adentrándome en territorio bárbaro, o así llamaban los romanos a la zona existente más allá de las fronteras del Imperio. Territorios de un antiguo Imperio Romano del que acabo de salir al cruzar el río Danubio (Donau, en alemán) hacia el norte. El paisaje es variopinto. Mares de colinas poblados por frondosos bosques caducifolios y coníferas serpentean por el horizonte, alternados con grandes llanuras donde el antiguo bosque ha sido roturado y el terreno está preparado para el cultivo. Tierras loésicas fértiles en las que se abren multitud de ciudades y pueblos, a los pies de grandes ríos y pequeños afluentes. Esto es Alemania. Bonito lugar, y menos destartalado que Italia, donde apenas hay territorios vírgenes y sólo se ve urbanismo y más urbanismo. Aquí, al menos, si te sales de la autopista, puedes circular 5 o 6 kilómetros sin ver un sólo pueblo, y sentirte perdido en el bosque o la llanura. Paz.

El día de ayer comenzó con todo el campo nevado, pero a medida que fueran transcurriendo las horas y el mercurio subió la nieve fue fundiéndose lentamente, e incluso por la tarde salíó el sol. Al volante de mi coche, y oteando el paisaje descrito en el párrafo anterior, no me era difícil imaginar a legiones romanas perpetrando expediciones de castigo más allá del Donau sobre regiones habitadas por tribus germanas. O comerciantes y mercaderes surcando los caminos a mitad del XIII, con la explosión del mundo urbano, que tuvo una especial repercusión en territorio alemán. O a los invencibles tercios españoles combatiendo a protestantes durante los siglos XVI y XVII. O a Napoléon, yendo al encuentro de prusianos y austríacos. En fin, mucha historia, y muchas sensaciones. Uno de los grandes motivos por los que quería hacer este viaje en coche. Porque qué cantidad de cosas te pierdes viajando en avión. El mundo es algo más que ciudades. Urbs y agger, ciudad y campo, como decían los romanos, inseparables. Para mí lo es también, y debido a esta particular filosofía las sensaciones se multiplican.

Tras dejar a mis padres en Memmingen, tomé dirección norte hasta la ciudad de Ulm, situada a orillas del río Donau. El otro día en Salzburg, la compañera de Paola (Alex), que es de esta ciudad, me comentó que su catedral posee la espira (torre puntiaguda) gótica más alta de Europa, así que ya que me cogía de paso sentí curiosidad por visitarla. Nada, una paradita de una hora y media, lo justo para darme un paseo por la plaza de la catedral y contemplarla por fuera y por dentro, perderme un poco por su entramado antiguo (ampliamente reconstruido tras la Segunda Guerra Mundial, como buena ciudad alemana medio grande), visitar los restos de la muralla medieval y contemplar el río Donau, que a 200 km de su nacimiento no lleva apenas caudal ni tiene la anchura que adquiere cientos de kilómetros río abajo. De todas formas, me ha llamado mucho la atención el Rathaus (antiguo ayuntamiento), un edificio gótico tardío de los siglos XV-XVI precioso con estupendas pinturas medievales y espléndidamente decorado. También tengo que decir que aunque la catedral gótica es muy bella (me da cierto aire a las grandes catedrales francesas, llenas de arbotantes, contrafuertes y gárgolas, entre otros elementos típicos de este arte), la espira me ha decepcionado un poco, porque es cierto que es impresionantemente alta (161 metros), pero también es cierto que los dos últimos cuerpos, osea la mitad de su altura, son de estilo neogótico y le fueron añadidos en el siglo XIX. Vaya fake. Bonito, pero para mí pierde parte del encanto del asunto.

Münsterplatz, Ulm

Stadths. Münster (Catedral), Ulm

Espira de la catedral, Ulm

Gänsturm (puerta de entrada a la ciudad), Ulm

Metzgerturm (puerta de entrada a la ciudad). Ulm

Rathaus, vista frontal, Ulm

Rathaus, vista lateral y catedral al fondo, Ulm

Río Donau a su paso por la ciudad, Ulm


Tras Ulm, unos kilómetros al noreste se abre la ciudad Nördlingen, donde me detuve hasta al atardecer. Nördlingen tenía claro que era una de las paradas obligatorias de mi viaje, porque en los campos de los alrededores se libró una de las grandes batallas de la Guerra de los Treinta años, en el siglo XVII, cuando los tercios españoles inflingieron una severa derrota al ejército sueco y a una coalición de protestantes alemanes. Una de las grandes últimas victorias españolas en Europa en la época más esplendorosa de nuestra historia, cuando éramos temidos por todos y al grito de ¡Santiago, cierra España! nuestros adversarios se echaban a temblar. Eran otros tiempos. No como ahora, que somos el hazmerreír de nuestros vecinos. Mejor me callo, que si me tiro de la lengua no paro.

De todas formas, Nördlingen es, hasta la fecha, una de las grandes sorpresas del viaje. La ciudad se abre en una llanura de varios kilómetros cuadrados, salpicada de fértiles campos y rodeada por doquier por un enjambre de colinas arboladas que definen los límites del horizonte. Excelente lugar para librar una batalla, por cierto. Por otro lado, es una de las pocas ciudades de Alemania que conserva prácticamente intacto su perímetro amurallado medieval, que aunque fue reformado durante los siglos XVI y XVII, no ha perdido un ápice de su encanto. Las antiguas puertas de la ciudad se mantienen todavía en pie y permanecen al acecho de turistas, como antaño lo hacían sobre los tercios españoles. Pero si el exterior es impresionante por este hecho, no lo es menos el interior del casco histórico. Debido a su nula importancia en época contemporánea, se preserva una Catedral tardogótica preciosa y multitud de casas de los siglos XV, XVI y XVII de estilo típico rural alemán, con vigas de madera que se entrecruzan en fachadas pintadas de vivos colores, coronadas por asombrosos tejados a dos aguas. Guau. Así es como debían ser buena parte de las ciudades alemanas antes de la Segunda Guerra Mundial. Una auténtica pena esto último, pero al menos quedan joyas como Nördligen.

Casa típica, Nördlingen

Casas típicas, y torre de la catedral al fondo, Nördlingen

Casas típicas, Nördlingen

Casa típica, Nördlingen

Antiguo Rathaus (ayuntamiento), Nördlingen

Casas típicas, Nördlingen

Casa típica, Nördlingen

Casa típica, Nördlingen

Calle típica, Nördlingen

Marktplatz, Nördlingen

Catedral, Nördlingen

Reimlinger Tor, Nördlingen

Berger Tor, Nördlingen

Deininger Tor, Nördlingen

Torre con tejado puntiagudo y muralla, Nördlingen

Torre de la muralla, Nördlingen

Torre con aspilleras y matacanes, Nördlingen

Llanura al norte de la ciudad, Nördlingen

Tras este agotador periplo, una hora y media más de coche hasta llegar a Nürnberg, donde me encuentro en la actualidad. Pero esto ya es tema de otro post. ¡Feliz martes!