Tuesday, October 16, 2012

San Gimignano, Firenze, Bologna, IT. Un pequeño tour por la Toscana.

¡Buenas tardes!

Los días pasan y aquí en Bologna es imposible aburrirse. Hace dos días, el domingo pasado, dejé el piso de Fernando (¡muchas gracias Fernando, Cris, Sofía, Paula y Paloma por vuestra hospitalidad!), que tras una semana ya estaba bien, y me mudé al piso de Guille y Javi (¡muchas gracias también a vosotros por acogerme!), donde estoy actualmente continuando mi estancia bolognesa. La verdad es que estos días en Bologna están siendo una experiencia inolvidable. Guille y Javi son unos amigos maños de Fernando y los he conocido aquí en Bologna, y cuando se enteraron de que estaba buscando una habitación para unos días, hasta que lleguen mis padres el viernes, me insistieron y reinsistieron en que me quedara con ellos, que tenían espacio en casa. ¡Y yo la verdad que encantado!

Tengo que reconocer que lo estoy pasando genial con ellos, ya que son super majos, simpáticos, buena gente y hospitalarios, aunque es imposible ganarles en nocturnidad durante las todavía diarias noches erasmu-festivas. ¡Así sí! De todas formas, el domingo no salimos con alevosía porque ayer lunes realizamos una excursión de un día a la Toscana, región vecina a Emilia-Romagna, donde se encuentra Bologna. Yo había quedado desde hace tiempo para verme algún día con mi amiga Elena de Cádiz, que ha pasado unos días en Firenze junto a unas amigas visitando a otra amiga y, de paso, la ciudad y sus alrededores. Así que nos pusimos en contacto y quedamos directamente en San Gimignano, un pueblo que se encuentra a medio camino entre Firenze y Siena, y que destaca sobre todo por lo bien que ha preservado su patrimonio arquitectónico y encanto medieval. De San Gimignano son notorias sus altas torres, muy bien conservadas desde el medievo, sus calles estrechas y empinadas y un conjunto innumerables de casas y palacios góticos. En general, un bonito sitio para pasar una mañana y deleitarse con el encanto del lugar. Y si es en buena compañía, acompañado de tres amigas gaditanas y dos amigos maños, ¡pues mejor que mejor!

Paisaje toscano, San Gimignano

Torres medievales, San Gimignano

Piazza della Cisterna, San Gimignano

Palazzo del Popolo, San Gimignano

Calle medieval, San Gimignano

Vista de la ciudad desde el exterior, San Gimignano

Calle medieval, San Gimignano

Piazza del Popolo, San Gimignano

Vista de las torres desde el castillo, San Gimignano

Torres en la Pizza del Duomo, San Gimignano

Tras tomar unas porciones de pizza y luego un heladito en una de los pórticos góticos de la Piazza del Duomo (hasta entonces el día había aguantado, aunque luego comenzó a llover con fuerza), nos pusimos en marcha y decidimos tomar el camino de vuelta. Sin embargo, como era relativamente temprano, nos cogía de paso y las niñas nos dijeron de irnos con ellas un rato, paramos en Firenze para dar una vuelta y tomarnos algo por allí.

Yo la verdad que es que ya había estado dos veces en Firenze durante los últimos, pero es imposible cansarse de visitar una de las, con diferencia, ciudades más bellas del mundo. No voy a entrar a describir Firenze, porque me llevaría hasta bien entrada la madrugada, pero resulta embriagador perderse por sus callejuelas o amplias avenidas, asombrase con sus palacios medievales y modernos y dejarse llevar por una atmósfera arquitectónico-artística que rezuma por doquier. Pero, sobre todo, sentarse a contemplar el Fiume Arno desde el mirador del Ponte Vecchio, apoyar la espalda sobre una columna y vislumbrar el Palazzo Vecchio y las esculturas renacentistas de la Piazza della Signoria, o detenerse a escrutar los bronces de la Puerta de Ghiberti del baptisterio y la inigualable cúpula de Brunelleschi del Duomo. Espectular, sin palabras. Fueron sólo unas pocas horas, pero suficientes. Firenze es de estas ciudades que tienes la seguridad de que vas a volver y volver, sin cansarte jamás. Yo, por mi parte, pondré empeño en ello.

Ponte Vecchio y Fiume Arno, Firenze

Escultura de Medusa y Perseo y fachada del Palazzo Vecchio, Firenze

Il Duomo, Firenze

Tras Firenze, una horita de coche para cruzar los Apeninos camino de Bologna junto a Guille y Javi. ¡Un día completo, pero reconfortante! Menos mal que hoy toca día de relax para recargar las pilas, que de vez en cuando falta hace. Además, hoy ya es martes y el tiempo acompaña, con lo cual la fiesta gorda vuelve a estar asegurada. ¡Nos vemos pronto!

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