¡Buenos días!
Son las doce de la mañana y recién me acabo de levantar tras haber trillado ayer noche buena parte de los bares de Kreuzberg con Silvia y Pere. De todas formas, esta mañana me he despertado un momento como a las nueve y al mirar por la ventana mi sorpresa ha sido mayúscula cuando he visto que estaba cayendo una nevada impresionante sobre Berlin. Ha durado poco tiempo, una media hora, pero con copos tan gruesos e intensos que apenas dejaba ver a diez metros de distancia. Guau. Hacía un mes que no venía la nieve, cuando puse por primera vez los pies en Alemania, en Augsburg. Sin embargo, buena parte del manto blanco que lo cubría todo se ha derretido parcialmente, lo que significa que no debemos andar bajo cero. Pero, vamos es un aviso. Ahora sí que el invierno se acerca para no irse en una buena temporada.
Ayer, por otro lado, hice una excursión con Pere y Silvia de un día a Wittenberg, una ciudad que se sitúa a unos 100 kilómetros al sur de Berlin, a orillas del río Elba. Qué gran acierto. Wittenberg no es muy grande, apenas cincuenta mil habitantes, pero tiene un casco histórico elegante y muy coqueto, con calles principales muy cuidadas en las que sobresalen una plaza del Markt preciosa repleta de edificios renacentistas y barrocos, un Rathaus barroco imponente y dos iglesias góticas principales que son una delicia. Debido a ello, y si además le unimos que la ciudad está engalanada con la típica decoración navideña y salpicada de Weihnachtsmarkt (mercados navideños), la visita resultó muy agradable.
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Plaza del Markt, con el Rathaus barroco a la izquierda y la Stadtkirche gótica a la derecha, Wittenberg |
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Weihnachtsmarkt en la plaza del Markt, Wittenberg |
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Calles del casco histórico, Wittenberg |
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Calle principal del casco histórico, Wittenberg |
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Villa alemana típica de principios del siglo XX extramuros, Wittenberg |
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Stadtkirche, Wittenberg |
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Puerta frontal del Stadtkirche, Wittenberg |
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Capilla en estilo de gótico de ladrillo y piedra junto al Stadtkirche, Wittenberg |
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Schlosskirche, Wittenberg |
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Schloss y vista trasera del Schlosskirche, Wittenberg |
Por otro lado, ¿por qué visitar Wittenberg? Yo tenía un interés especial en venir a este rincón perdido de Alemania, bastante alejado de las principales rutas turísticas. Pero es que fue en Wittenberg, a principios del siglo XVI, donde un monje agustino, doctor en Teología por la universidad de la ciudad, publicó un manifiesto de protesta con 95 postulados sobre le venta de indulgencias y en general sobre el mal funcionamiento y corrupción de la Iglesia Católica. Hecho histórico simbólico trascendental que prendió la mecha de la posterior Reforma Protestante, la cual influyó de manera decisiva en el devenir político y religioso de Europa durante los próximos siglos (y aún hoy en día). Hablo, como no, de la figura de Martin Luther (Martín Lutero). En la ciudad se conserva la iglesia donde Lutero publicó sus famosas 95 tesis, la universidad donde impartía clases y el monasterio agustino donde pasó muchos años de su vida, primero como monje y luego como residencia privada para él y su familia en sus años de vejez. Para mí, que durante muchos años he sostenido (y sigo sosteniendo) que si me hiciera cristiano sería sin lugar a dudas protestante, Lutero es una figura un tanto peculiar, una voz de protesta que supo alzarse en el momento indicado para que una masa crítica muy descontenta con una seria de cosas lo tomara como estandarte. El fuego que prendió la mecha, como he comentado antes. Un poco como el pobre internauta que convocó una sentada un 15M en la Puerta del Sol, y mira luego la que ha formado. Pues parecido.
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Estatua de Lutero en el Markt, Wittenberg |
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Puerta del Schlosskirche, lugar donde lutero publicó sus famosas 95 tesis, Wittenberg |
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Lutherhaus, Wittenberg |
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Lutherhaus, Wittenberg |
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Lutherhaus, Wittenberg |
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Lutherhaus, Wittenberg |
Ya me quedan pocas horas en Berlin, pues levantaré el campamento y dejaré a Silvia y a Pere en las próximas horas. La verdad es que me voy con muy buen sabor de boca de esta ciudad. El ambiente, para la gente joven, es espectacular, y la oferta de actividades y ocio casi infinita. Habrá que volver, más pronto que tarde. Seguro.
¡Feliz comienzo de fin de semana!
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