¡Buenos días!
Hace un par de días por la tarde llegué a la ciudad francesa de Metz, capital de la región histórica de Lorena (Lorraine). Otra de las grandes sorpresas del viaje, porque no tenía previsto venir inicialmente pero me he alegrado bastante porque me ha encantado. En la ciudad me alojo en casa de Amélie, una chica de Lille que se ha mudado aquí hace tan sólo un mes, por motivos laborales, y que me ha acogido en su casa con muchísima hospitalidad. ¡Gracias Amélie!
Metz se asienta en la llanura aluvial formada por los sedimentos del río Seille en su confluencia con el Moselle, aunque ésta es mucho más amplia y extensa que en la región de Trier. Sin embargo, en este tramo de su curso el río Moselle presenta un brazo principal y varios secundarios, formando multitud de pequeños islotes fluviales sobre los que se levantan distintas áreas de la ciudad de Metz. Además, varios de los islotes más próximos al casco viejo están interconectados por multitud de puentes y la vista de las casas alzándose sobre el cauce del río es muy bonita.
El origen del asentamiento se remonta a un oppidum galo que se elevaba en la zona más alta de la ciudad, justo en la confluencia de los dos ríos, y más tarde los romanos edificaron una urbe sobre el mismo que llamaron Divodurum Mediomatrici. Metz, sin embargo, comienza a cobrar importancia notable en la Alta Edad Media, ya que fue la capital del reino merovingio de Austrasia (uno de los tantos pequeños reinos que surgieron en la Galia en los siglos posteriores a la desintegración del Imperio Romano) y, por tanto, origen del nacimiento de la dinastía carolingia. La ciudad también tuvo una importancia mayúscula durante la Plena Edad Media (siglo XIII), cuando junto a París, Colonia y Gante era una de las principales y más populosas ciudades de todo el oeste de Europa. Luego, en la Edad Moderna alcanzó cierta importancia estratégica como punto avanzado francés en la frontera oriental del reino, y en época contemporánea se vio ampliamente beneficiada por los cambios urbanísticos, económicos y sociales del momento. En fin, una urbe con dilatada historia, de bello urbanismo de diferentes épocas y con un patrimonio arquitectónico brutal compuesto por más 100 monumentos declarados conjunto histórico-artístico. El look and feel general de la ciudad es sobre todo contemporáneo, donde afloran como setas edificaciones de diferentes épocas. Como para aburrirse.
En cuanto a patrimonio arquitectónico religioso, grata sorpresa. Me ha llamado muchísimo la atención Saint-Pierre aux Nonnains, una iglesia fundada en el siglo VII, con añadidos prerrománicos de época otoniana del siglo X y góticos de los siglos XIII-XIV. Pero si a eso le sumamos que el edificio es en origen una parte del gymnasium de un antiguo complejo termal bajoimperial y que se alza imponente sobre uno de los brazos del Moselle, la mezcla es explosiva. Una de las iglesias más antiguas del mundo todavía en uso, según reza un letrero que había por ahí. Guau. Por otro lado, me ha encantado la Catedral, un templo gótico al estilo Île de France impresionantemente alto (el más alto de Francia tras Beauvais y Amiens) y esbelto, rematado por decenas arbotantes y contrafuertes. Éstos forman una especie de grandiosa telaraña sobre el exterior de la nave central, abarrotada de enormes ventanales y rosetones donde destacan fantásticas vidrieras. Sin palabras. Aparte de la Catedral, es posible encontrar algunas iglesias de diferentes épocas salpicadas por la ciudad, muy coquetas y bonitas, en las que tuve ocasión de detenerme para respirar un poco de paz.
Otra de las cosas con las que me he quedado flipado de Metz, y que ha sido una sorpresa mayúscula, es con la cantidad de edificios civiles (tanto públicos como privados) de estilo gótico que se reparten por el entramado. Sin lugar a dudas, uno de los mayores conjuntos que he visto en mi vida. Algunos románicos en transición al gótico, lo más en gótico puro y alguno que otro precioso gótico tardío en transición al Renacimiento. Multitud de casas, palacios o graneros medievales donde asoman antiguas ventanas, puertas o muros de dicha época. Muy interesante.
De época moderna y contemporánea son, por otro lado, la mayoría de los edificios presentes por las calles y plazas de la ciudad, que otorgan a Metz un estilo urbano de típico carácter francés. Grandes edificios y palacios neoclásicos al estilo de Louis XV, casas estilosas de principios del XIX al gusto de París y otros tantos de finales del XIX y principios del XX frente a los que es imposible quedar indiferente.
Y, para variar, un poco de arquitectura militar. Se conserva un trozo relativamente largo en bastante buen estado en la zona norte de la ciudad, en la confluencia de los ríos Seille y Moselle. Torres y muros de los siglos XIII y XIV, de bella factura; y otro torreón más que ha quedado como único vestigio al sur de la ciudad, donde comenzó la expansión urbanística de la misma durante el siglo XIX. También se conservan restos de fortificaciones abaluartadas de época moderna, aunque no demasiadas. Sin embargo, lo que más me ha gustado es la Porta des Allemands, un potente conjunto defensivo que se eleva en la zona este de la ciudad y que era una de las antiguas puertas de la villa medieval. El mismo está compuesto por dos enormes torres que conforman la puerta originaria de la muralla del XIII, y un bastión al otro lado del río Seille construido en el XV de torres macizas y entrada en semi-recodo que conforma una zona bastante bien fortificada junto con las torres de la puerta original. Como anécdota histórica, me gustaría destacar que este tramo fortificado del perímetro defensivo padeció con intensidad los combates entre tropas españolas y francesas durante el asedio infructuoso que la ciudad sufrió por parte Carlos I (de España) a mitad del siglo XVI, y en las torres todavía son visibles los boquetes dejados por los balazos de los mosquetones de la infantería española. Como si hubiera sido ayer.
Se acabó, por fin. Al finalizar cada post siempre me prometo que el próximo va a ser la mitad de largo, pero al final siempre me lío y escribo dilatada y profusamente. Qué me gusta contar cosas, más que al maestro cebolleta. Bueno, colorín colorado. A empaquetar las cosas y a ponerse en camino de nuevo, en dirección hacia el sur. ¡Nos vemos pronto!
Hace un par de días por la tarde llegué a la ciudad francesa de Metz, capital de la región histórica de Lorena (Lorraine). Otra de las grandes sorpresas del viaje, porque no tenía previsto venir inicialmente pero me he alegrado bastante porque me ha encantado. En la ciudad me alojo en casa de Amélie, una chica de Lille que se ha mudado aquí hace tan sólo un mes, por motivos laborales, y que me ha acogido en su casa con muchísima hospitalidad. ¡Gracias Amélie!
Metz se asienta en la llanura aluvial formada por los sedimentos del río Seille en su confluencia con el Moselle, aunque ésta es mucho más amplia y extensa que en la región de Trier. Sin embargo, en este tramo de su curso el río Moselle presenta un brazo principal y varios secundarios, formando multitud de pequeños islotes fluviales sobre los que se levantan distintas áreas de la ciudad de Metz. Además, varios de los islotes más próximos al casco viejo están interconectados por multitud de puentes y la vista de las casas alzándose sobre el cauce del río es muy bonita.
Río Seille a su paso por la ciudad, Metz |
Confluencia de brazos del río Moselle a su paso por la ciudad, Metz |
Brazo del río Moselle a su paso por la ciudad, Metz |
Brazo del río Moselle a su paso por la ciudad, Metz |
Rama principal del río Moselle en el exterior de la ciudad, Metz |
El origen del asentamiento se remonta a un oppidum galo que se elevaba en la zona más alta de la ciudad, justo en la confluencia de los dos ríos, y más tarde los romanos edificaron una urbe sobre el mismo que llamaron Divodurum Mediomatrici. Metz, sin embargo, comienza a cobrar importancia notable en la Alta Edad Media, ya que fue la capital del reino merovingio de Austrasia (uno de los tantos pequeños reinos que surgieron en la Galia en los siglos posteriores a la desintegración del Imperio Romano) y, por tanto, origen del nacimiento de la dinastía carolingia. La ciudad también tuvo una importancia mayúscula durante la Plena Edad Media (siglo XIII), cuando junto a París, Colonia y Gante era una de las principales y más populosas ciudades de todo el oeste de Europa. Luego, en la Edad Moderna alcanzó cierta importancia estratégica como punto avanzado francés en la frontera oriental del reino, y en época contemporánea se vio ampliamente beneficiada por los cambios urbanísticos, económicos y sociales del momento. En fin, una urbe con dilatada historia, de bello urbanismo de diferentes épocas y con un patrimonio arquitectónico brutal compuesto por más 100 monumentos declarados conjunto histórico-artístico. El look and feel general de la ciudad es sobre todo contemporáneo, donde afloran como setas edificaciones de diferentes épocas. Como para aburrirse.
Avenue Foch, corazón del ensanche de época contemporánea, Metz |
Esplanade junto a la antigua ciudadela, Metz |
Place de la République, Metz |
Place Saint-Jacques, centro neurálgico de la ciudad, Metz |
Place d'Armes, junto a la Catedral, Metz |
Vista de la ciudad desde el Temple Neuf, Metz |
Place Saint-Louis, Metz |
Calles junto a la Place de Saint-Louis, Metz |
Rue de la Tête d'Or, una de las principales del centro histórico, Metz |
Calle comercial del centro, Metz |
Calle de la Colline de la Sainte-Croix, Metz |
Vista hacia el este desde la Colline de la Sainte-Croix, Metz |
En cuanto a patrimonio arquitectónico religioso, grata sorpresa. Me ha llamado muchísimo la atención Saint-Pierre aux Nonnains, una iglesia fundada en el siglo VII, con añadidos prerrománicos de época otoniana del siglo X y góticos de los siglos XIII-XIV. Pero si a eso le sumamos que el edificio es en origen una parte del gymnasium de un antiguo complejo termal bajoimperial y que se alza imponente sobre uno de los brazos del Moselle, la mezcla es explosiva. Una de las iglesias más antiguas del mundo todavía en uso, según reza un letrero que había por ahí. Guau. Por otro lado, me ha encantado la Catedral, un templo gótico al estilo Île de France impresionantemente alto (el más alto de Francia tras Beauvais y Amiens) y esbelto, rematado por decenas arbotantes y contrafuertes. Éstos forman una especie de grandiosa telaraña sobre el exterior de la nave central, abarrotada de enormes ventanales y rosetones donde destacan fantásticas vidrieras. Sin palabras. Aparte de la Catedral, es posible encontrar algunas iglesias de diferentes épocas salpicadas por la ciudad, muy coquetas y bonitas, en las que tuve ocasión de detenerme para respirar un poco de paz.
Saint-Pierre aux Nonnains, vista trasera, Metz |
Saint-Pierre aux Nonnains, vista frontal donde se aprecian elementos originales romanos bajoimperiales con añadidos otónidas del siglo X, Metz |
Catedral de Saint-Étienne, vista frontal, Metz |
Catedral de Saint-Étienne, vista lateral, Metz |
Catedral de Saint-Étienne, vista exterior del transepto oriental, Metz |
Catedral de Saint-Étienne, detalle de los arbotantes y contrafuertes de la cabecera, Metz |
Catedral de Saint-Étienne, nave central, Metz |
Catedral de Saint-Étienne, rosetón y vidrieras, Metz |
Capilla del Temple en la zona de la ciudadela, siglos XII-XIII, Metz |
Sainte-Ségoléne, siglos XIII-XVI, Metz |
Saint Eucaire, con campanario románico del XII y resto gótico del XII-XVI, Metz |
Antiguo convento gótico de Récollets, hoy archivo municipal, Metz |
Otra de las cosas con las que me he quedado flipado de Metz, y que ha sido una sorpresa mayúscula, es con la cantidad de edificios civiles (tanto públicos como privados) de estilo gótico que se reparten por el entramado. Sin lugar a dudas, uno de los mayores conjuntos que he visto en mi vida. Algunos románicos en transición al gótico, lo más en gótico puro y alguno que otro precioso gótico tardío en transición al Renacimiento. Multitud de casas, palacios o graneros medievales donde asoman antiguas ventanas, puertas o muros de dicha época. Muy interesante.
Arcos ojivales góticos en la planta baja, Metz |
Antiguo granero bajomedieval junto a la Catedral, Metz |
Antiguo granero bajomedieval junto al río, Metz |
Casa románica-gótica con añadidos posteriores, Metz |
Antiguo palacio gótico en la Colline de la Sainte-Croix, Metz |
Casa gótica bajomedieval, Metz |
Detalle de antiguas ventanas góticas en una fachada de época moderna, Metz |
Antigua casa gótica transformada en épocas posteriores en la Place de Saint-Louis, Metz |
Maison des Têtes, notable ejemplo de de arquitectura tardogótica en transición al Renacimiento, Metz |
De época moderna y contemporánea son, por otro lado, la mayoría de los edificios presentes por las calles y plazas de la ciudad, que otorgan a Metz un estilo urbano de típico carácter francés. Grandes edificios y palacios neoclásicos al estilo de Louis XV, casas estilosas de principios del XIX al gusto de París y otros tantos de finales del XIX y principios del XX frente a los que es imposible quedar indiferente.
Arquitectura francesa típica del XIX en el ensanche de época contemporánea, Metz |
Porte Serpenoise, una especie de Arco del Triunfo de principios del XX, Metz |
Edificio del Arsenal en la antigua ciudadela, Metz |
Banque du France, Metz |
Edificio neoclásico de estilo francés en el centro de la ciudad, Metz |
Arquitectura de finales del XIX y principios del XX en el centro de la ciudad, Metz |
Marché Couvert, antiguo palacio episcopal frente a la Catedral, Metz |
Arquitectura neoclásica de la época de Louis XV en la Place d'Armes, Metz |
Sinagoga moderna de estilo neorománico, Metz |
Teatro principal en la isla del río Moselle, Metz |
Y, para variar, un poco de arquitectura militar. Se conserva un trozo relativamente largo en bastante buen estado en la zona norte de la ciudad, en la confluencia de los ríos Seille y Moselle. Torres y muros de los siglos XIII y XIV, de bella factura; y otro torreón más que ha quedado como único vestigio al sur de la ciudad, donde comenzó la expansión urbanística de la misma durante el siglo XIX. También se conservan restos de fortificaciones abaluartadas de época moderna, aunque no demasiadas. Sin embargo, lo que más me ha gustado es la Porta des Allemands, un potente conjunto defensivo que se eleva en la zona este de la ciudad y que era una de las antiguas puertas de la villa medieval. El mismo está compuesto por dos enormes torres que conforman la puerta originaria de la muralla del XIII, y un bastión al otro lado del río Seille construido en el XV de torres macizas y entrada en semi-recodo que conforma una zona bastante bien fortificada junto con las torres de la puerta original. Como anécdota histórica, me gustaría destacar que este tramo fortificado del perímetro defensivo padeció con intensidad los combates entre tropas españolas y francesas durante el asedio infructuoso que la ciudad sufrió por parte Carlos I (de España) a mitad del siglo XVI, y en las torres todavía son visibles los boquetes dejados por los balazos de los mosquetones de la infantería española. Como si hubiera sido ayer.
Tour Camoufle, siglo XV, Metz |
Torreón junto a la confluencia de los ríos Seille y Moselle, siglo XIV, Metz |
Baluartes de época moderna junto al Seille, Metz |
Muralla bajomedieval, Metz |
Antigua puerta de la muralla cegada en época moderna, siglo XIII, Metz |
Detalle de la bóveda de crucería del interior de una de las torres junto al río Seille, Metz |
Torre frente al río Seille, siglo XIV, Metz |
Porte des Allemands, interior del siglo XIII y exterior del siglo XV, Metz |
Detalle del bastión de la Porte des Allemands, siglo XV, Metz |
Vista de la Porte des Allemands desde el interior de la ciudad, con las dos torres del XIII forradas por estructuras del XV, Metz |
Se acabó, por fin. Al finalizar cada post siempre me prometo que el próximo va a ser la mitad de largo, pero al final siempre me lío y escribo dilatada y profusamente. Qué me gusta contar cosas, más que al maestro cebolleta. Bueno, colorín colorado. A empaquetar las cosas y a ponerse en camino de nuevo, en dirección hacia el sur. ¡Nos vemos pronto!
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