Tuesday, December 11, 2012

Luxembourg, LU; Metz, FR. Luxemburgueando.

¡Bonjour!

Escribo estas líneas desde Metz, ciudad en la que me alojé anoche y donde me voy a volver a quedar hoy también. Sin embargo, hoy hablaré de Luxembourg, ciudad que visité ayer en mi tránsito desde Trier hacia donde me encuentro actualmente.

Luxembourg se levanta en una serie de crestones rocosos sedimentarios excavados por el río Alzette y uno de sus afluentes, que le otorgan una orografía muy particular. Vamos, una Cuenca a la norteña, para que podamos entendernos. Así, su estructura urbana viene caracterizada por una ciudad vieja (asentamiento fundado en el siglo X) que se levanta en uno de estos crestones, una ampliación bajomedieval que creció hacia otro de los crestones y la zona baja del río y otros barrios de época moderna y contemporánea que han terminado por expandir la ciudad hacia los montes y llanuras colindantes. Me ha llamado la atención la cantidad de puentes y viaductos que comunican todos los barrios, que te dan la sensación de encontrarte en un lugar a llano a pesar del tremendo desnivel. Por otro lado, las vistas que ofrece el lugar son impresionantes.

Vista hacia la el ensanche de la estación, Luxembourg

Vista hacia la ciudad vieja, Luxembourg

Vista de la ciudad vieja y villa baja hacia el norte, Luxembourg

Vista de la ciudad vieja y la villa baja hacia el sur, Luxembourg

A nivel estético, no se conserva casi nada de la ciudad medieval y la mayor parte del look and feel de la misma corresponde a una urbe de corte más bien neoclásico, fruto de las corrientes urbanísticas renovadoras tan de moda en Francia en la segunda mitad del XVIII y principios del XIX. Así, encontramos numerosos boulevards en zonas antiguamente abaluartadas, y  preciosas casas palacios al más puro estilo parisino. Esta arquitectura se refleja también en sus calles y plazas, muy bellas y coquetas. Además, el hecho de que Luxembourg sea el segundo país del mundo en renta per cápita ayuda a no encontrar un sólo edificio sucio, en ruinas o que no esté decorado con gusto. Bonito lugar.

Plaza a la espalda de la Catedral, Luxembourg

Acceso a la ciudad vieja desde el este, Luxembourg

Calles de la ciudad vieja, Luxembourg

Calle junto al Palacio Ducal, Luxembourg

Place du Theatre, Luxembourg

Place Guillaume II, Luxembourg

Place Guillaume II, Luxembourg

Place d'Armes

Calles del centro comercial, Luxembourg

Parque en el lugar donde antes había baluartes, Luxembourg

En cuanto a los principales edificios monumentales, destacaría el Palais Grand-Ducal, una construcción renacentista con añadidos posteriores ciertamente muy elegante. La catedral gótica, uno de los pocos edificios que sobreviven de época medieval, no es muy espectacular, aunque la visión de su porte alzada imponente sobre uno de los tajos del río es, cuanto menos, cautivadora. También se conservan edificaciones interesantes de época moderna, entre las que destaca la abadía de Neomünster, anclada en el valle del río Alzette en la villa baja. Pero, sobre todo, muchos edificios de los siglos XVIII y XIX, que son los que le dan a la ciudad esta fisonomía tan particular.

Le Gare, Luxembourg

Arquitectura típica francesa del XIX y principios del XX, Luxembourg

Palacio neoclásico y sede de Arcelor-Mittal, Luxembourg

Catedral, Luxembourg

Catedral, Luxembourg

Ciudad de la Justicia, Luxembourg

Chambre des députés, Luxembourg

Abadía de Neomünster, siglo XVII, Luxembourg

Iglesia de Saint Michael, Luxembourg

Edificio de La Citè, Luxembourg

Arquitectura modernista, Luxembourg


Palais Grand-Ducal, Luxembourg

Palais Grand-Ducal, Luxembourg

Luxembourg apenas destacó sobre otras ciudades del entorno en época medieval. Luego, la cosa cambió. La dominación española por herencia dinástica de esta zona de Europa a partir de Carlos I y la posterior refortificación de la urbe por ingenieros españoles, convirtieron a Luxembourg en una de las plazas fuertes más codiciadas de la época por su importancia estratégica, sobre todo durante las interminables guerras hispano-francesas de los siglos XVI y XVII. Debido a ello, y a su peculiar orografía, los franceses no dudaron en denominar Luxembourg como la segunda urbe más inexpugnable de Europa, tan sólo por detrás de Gibraltar. Ello no evitó que los franceses acabaran apropiándose de la urbe a finales del XVII, perdiendo los españoles el dominio de la misma para siempre. Qué se le iba a hacer, si el grifo de plata americano agotaba y no había para mantener a los ejércitos reales dando por saco en el lugar. Pan y ajo, como se suele decir. Es una lástima que apenas se conserve nada de tan magníficas fortificaciones abaluartadas, que luego fueron ampliadas por el genial ingeniero francés Vauban, pues un tratado de paz franco-alemán a finales del XIX obligó a desmantelarlas. Actualmente, todavía se conservan varios baluartes y accesos a la ciudad de esta época, además de algunos tramos de muralla bajomedieval y parte del castillo originario de época plenomedieval. Poca cosa, comparado con lo que debió ser. Pero menos da una piedra, como dicen en mi tierra.

Torre del castillo medieval, Luxembourg

Torre del castillo medieval, Luxembourg

Muralla bajomedieval de la villa baja, Luxembourg

Muralla bajomedieval de Wenceslao, Luxembourg

Restos del castillo medieval, Luxembourg

Puerta medieval de la muralla en la villa vieja, Luxembourg

Interior de la puerta medieval de la muralla en la villa vieja, Luxembourg

Puerta de acceso y fortificaciones de época moderna, Luxembourg

Fortificaciones y puerta de época moderna, Luxembourg

Tras esta visita relámpago, vuelta a coger el coche y a ponerme en camino. Sin embargo, antes de cruzar la frontera hacia Francia hice una paradita en la gasolinera, que aquí en Luxembourg el combustible vale 20 céntimos más barato que en cualquier otro país vecino. Luego, tres cuartos de hora de coche hacia el sur, al corazón de la Lorena francesa. ¡Nos vemos pronto!

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