¡Bonjour!
Ayer llegué a Dijon, la capital de la región francesa de Borgoña (Bourgogne). Pero claro, como no podía ser de otra forma, he hecho una paradita por el camino para visitar algún otro lugar de interés, que hay que aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid. Y el Duero por Soria, vaya. Lo lógico hubiera sido elegir Nancy, la ciudad más importante entre Metz y Dijon y además Patrimonio de la Humanidad; pero es que estoy llegando a un punto de saturación cultural que pensar que tengo que hacer otra visita exprés en pocas horas de un lugar con alto valor patrimonial se me pone la piel de gallina y comienzo a temblar.
Así que he optado por aparcar Nancy (hay que dejar algo para el futuro) y visitar Toul. El tiempo ha acompañado, pues ha hecho toda la jornada un sol radiante y, aunque el mercurio no ha subido de -3 grados en todo el día, el hecho de poder mirar al cielo y verlo totalmente azul me ha transmitido felicidad. Que estoy de nublados hasta el moño, hablando finamente. Con respecto a Toul, es una ciudad de unos treinta mil habitantes y situada a orillas del río Moselle, buen reflejo de lo que es una ciudad pequeña o mediana de esta parte del país. Y además no tenía que desviarme de la ruta. Su casco histórico no es muy grande y tiene contados monumentos pero de gran valor histórico, con lo cual ha sido perfecto para hacer una parada en el camino, dar una vueltecita, comer algo y reemprender la marcha. Todo de una manera tranquila y relajada, que ya estoy mayor. Hay que ver cómo se llega a agradecer una visita de estas características, quién me lo hubiera dicho un par de meses atrás.
En cuanto a la historia de la ciudad, sus orígenes se remontan a época celta (prerromana), aunque no sería hasta la Plena Edad Media y sobre todo hasta la Edad Moderna cuando adquiere cierta importancia comercial y económica. La arquitectura religosa es escasa pero increíblemente bella, destacando la Catedral y la Collégiale de Saint-Gengoult, dos estupendos ejemplos de arte gótico francés pleno de los siglos XIII y XIV, aunque también afloran algunos añadidos tardíos del XV. Lástima que tras haber visto más cien iglesias durante los últimos dos meses no la saboree de la misma manera, aunque no por ello dejo de apreciar su valor artístico y arquitectónico.
Pero lo más destacado de Toul, y lo que le hace un hueco a nivel turístico-competitivo con sus vecinos es, sin lugar a dudas, su perímetro amurallado de época moderna. Las estructuras fortificadas de planta estrellada a base de baluartes, terraplenes y anchos fosos se conserva en su totalidad y encierra al casco histórico de la localidad. Bonito ejemplo de arquitectura militar de finales del XVII al más puro estilo Vauban.
Tras ello, un par de horitas en dirección sur hacia el corazón de la Borgoña. ¡Ánimo, que ya queda poco!
Ayer llegué a Dijon, la capital de la región francesa de Borgoña (Bourgogne). Pero claro, como no podía ser de otra forma, he hecho una paradita por el camino para visitar algún otro lugar de interés, que hay que aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid. Y el Duero por Soria, vaya. Lo lógico hubiera sido elegir Nancy, la ciudad más importante entre Metz y Dijon y además Patrimonio de la Humanidad; pero es que estoy llegando a un punto de saturación cultural que pensar que tengo que hacer otra visita exprés en pocas horas de un lugar con alto valor patrimonial se me pone la piel de gallina y comienzo a temblar.
Así que he optado por aparcar Nancy (hay que dejar algo para el futuro) y visitar Toul. El tiempo ha acompañado, pues ha hecho toda la jornada un sol radiante y, aunque el mercurio no ha subido de -3 grados en todo el día, el hecho de poder mirar al cielo y verlo totalmente azul me ha transmitido felicidad. Que estoy de nublados hasta el moño, hablando finamente. Con respecto a Toul, es una ciudad de unos treinta mil habitantes y situada a orillas del río Moselle, buen reflejo de lo que es una ciudad pequeña o mediana de esta parte del país. Y además no tenía que desviarme de la ruta. Su casco histórico no es muy grande y tiene contados monumentos pero de gran valor histórico, con lo cual ha sido perfecto para hacer una parada en el camino, dar una vueltecita, comer algo y reemprender la marcha. Todo de una manera tranquila y relajada, que ya estoy mayor. Hay que ver cómo se llega a agradecer una visita de estas características, quién me lo hubiera dicho un par de meses atrás.
Calle del casco histórico, Toul |
Hötel de la Ville, Toul |
Place des trois Eveches, Toul |
Callejón del casco histórico, Toul |
Fuente en Rue Gambetta, Toul |
Edificio típico de arquitectura francesa de principios del XIX, Toul |
En cuanto a la historia de la ciudad, sus orígenes se remontan a época celta (prerromana), aunque no sería hasta la Plena Edad Media y sobre todo hasta la Edad Moderna cuando adquiere cierta importancia comercial y económica. La arquitectura religosa es escasa pero increíblemente bella, destacando la Catedral y la Collégiale de Saint-Gengoult, dos estupendos ejemplos de arte gótico francés pleno de los siglos XIII y XIV, aunque también afloran algunos añadidos tardíos del XV. Lástima que tras haber visto más cien iglesias durante los últimos dos meses no la saboree de la misma manera, aunque no por ello dejo de apreciar su valor artístico y arquitectónico.
Catedral, vista frontal, Toul |
Catedral, vista lateral, Toul |
Claustro de la Catedral, Toul |
Collégiale Saint-Gengoult, vista lateral, Toul |
Collégiale Saint-Gengoult, vista frontal, Toul |
Pero lo más destacado de Toul, y lo que le hace un hueco a nivel turístico-competitivo con sus vecinos es, sin lugar a dudas, su perímetro amurallado de época moderna. Las estructuras fortificadas de planta estrellada a base de baluartes, terraplenes y anchos fosos se conserva en su totalidad y encierra al casco histórico de la localidad. Bonito ejemplo de arquitectura militar de finales del XVII al más puro estilo Vauban.
Baluartes defensivos, Toul |
Baluartes defensivos, Toul |
Porte de Moselle, Toul |
Porte de Metz, Toul |
Porte de France, Toul |
Tras ello, un par de horitas en dirección sur hacia el corazón de la Borgoña. ¡Ánimo, que ya queda poco!
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