¡Buenos días!
Ayer tuve tiempo, durante las horas de luz, de dar una vuelta y hacer un poco de turismo por la ciudad Magdeburg. La impresión fue agridulce. Por un lado, el hecho de que la ciudad fuera una de las urbes más importantes de toda Centroeuropa durante la Alta y Plena Edad Media obtiene como resultado un patrimonio arquitectónico, románico y gótico, muy digno de resaltar. Pero, por otro lado, he visto uno de los mayores despropósitos urbanísticos de posguerra de mano de la arquitectura soviética. De todo esto tendré ocasión de hablar largo y tendido durante los próximos párrafos, porque merece la pena.
En primer lugar, decir que Magdeburg se encuentra en el estado de Sajonia-Anhalt, a orillas del río Elba en su margen izquierda, unos doscientos o trescientos kilómetros río abajo desde Dresden. La ciudad fue fundada hace unos 1200 años, pero sobre todo es importante a nivel histórico porque Otto der Grosse (Otón el Grande), fundador del Sacro Imperio Romano Germánico allá por el siglo X, estableció aquí su capital. Luego, en el siglo XIII la ciudad entró a formar parte de la Liga Hanseática, y con el devenir de los siglos, a principios de la Edad Moderna, se había convertido junto con Colonia y Hamburgo en una de las tres ciudades más pobladas de lo que hoy es Alemania. Pero no duró mucho tiempo su esplendor. Magdeburg, como otras tantas en esta región de Europa, abrazó con fuerza el protestantismo durante las luchas de religión, y ello, unido a la riqueza de la urbe, hizo que protagonizara uno de los episodios más tristes de la Guerra de los Treinta Años (siglo XVII). Las tropas imperiales (entre las que se encontraban las españolas) pusieron sitio a la ciudad por su alianza decidida con los suecos, y tras seis meses de asedio consiguieron entrar a sangre y fuego. Se dice que, de 35000 habitantes, sólo 5000 sobrevivieron a la matanza. Y, de los principales edificios, tan sólo algunas iglesias y el Dom (Catedral) se salvaron de las llamas. A partir de este suceso, y aunque Magdeburg se recuperó un poco a lo largo de los años, nunca volvió a ser lo que era. Finalmente, en el siglo XX, su privilegiada situación en el centro de Alemania y el hecho de ser un importante nudo ferroviario la hicieron ser cruelmente bombardeada por los aliados. Total, otro 80% de la ciudad arrasada, aunque el Dom se salvó milagrosamente y apenas sufrió daños.
Ahora comenzaré a describir un poco los principales monumentos de la ciudad, algunos muy interesantes y claros ejemplos de arquitectura medieval. De la catedral y el palacio otónidas no queda casi nada (tan sólo la cripta de la primera en el subsuelo del claustro del Dom (Catedral), que recientes excavaciones arqueológicas han puesto al descubierto), pues fueron arrasados por un incendio fortuito que calcinó media urbe a principios del siglo XIII. Sin embargo, ello propició la construcción de una nueva catedral en el emplazamiento de la anterior, en el nuevo estilo arquitectónico que provenía de Francia. Como resultado, tenemos el primer edificio gótico de lo que hoy es Alemania, aunque la finalización de la obra se demoró tres siglos, hasta bien entrado el siglo XVI. El resultado es un Dom esbelto, magnífico, de torres de más de 100 metros de altitud, que las hacen ser las más altas del este de Alemania. Además, en el coro de la Catedral se conserva la tumba de Otto der Grosse, muy venerada aún hoy en día. Todo ello unido a un claustro coqueto que alterna pasillos románicos con otros en estilo gótico, invitando el turista a dar un paseo y reflexionar.
Otro edificio religioso que me ha llamado poderosamente la atención, y que creo merece una reseña especial dentro de mi blog, es el monasterio y la iglesia del Unser Lieben Frauen, muy cercano al Dom. Se trata de una edificación románica imponente construida en el siglo XII, aunque la nave principal de la iglesia fue reformada en estilo gótico en el último tercio del siglo XIII. Me han gustado mucho sus simples formas, casi minimalistas, compuesta por una triple nave y transepto de formación de cruz latina, y una parte exterior frontal muy bella constituido por un cuerpo central y dos torres cilíndricas. Por no hablar del claustro, sencillamente espectacular. Paz, tranquilidad y armonía; qué alegría (y además rima).
Además del Dom y del anterior monasterio, la ciudad conserva otros muchos edificios religiosos provenientes de la Edad Media (sobre todo góticos, aunque alguno conserva trazas de estructuras románicas anteriores). La mayoría fueron parcial o severamente damnificados durantes los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, pero no por ello pierden su encanto.
Pero Magdeburg no sólo destaca por sus iglesias y monasteriores. En una de las plazas principales del casco histórico, el Alter Markt, se yergue una estatua ecuestre del siglo XIII que supuestamente representa a Otto der Grosse, muerto un par de centurias y media atrás. Lo bonito de esta obra de arte es que fue la primera estatua a caballo realizada por un artista local de más al norte de los Alpes en toda la Edad Media. Curioso. Menos mal que en la plaza tienen una réplica, porque con el frío y el mal tiempo que hace normalmente por aquí se podría estropear bastante. También me ha llamado la atención la mezcla de arquitectura de vanguardia junto a edificios algo más clásicos, muy rompedora; un barrio situado al sur del Dom que conserva la esencia de la ciudad de finales del XIX y principios del XX, un par de torres desperdigadas y medio escondidas que formaban parte del perímetro amurallado de la ciudad medieval y dos casas barrocas que son todo lo que quedan de las reformas urbanísticas que sufrío la ciudad tras el saqueo español del primer tercio del siglo XVII. Un poco de todo, como a continuación muestro en las siguientes fotografías.
Para finalizar, no podía dejar de hablar de la reforma urbanística de los años 50 del pasado siglo, que en Magdeburg fue especialmente agresiva. A diferencia de Nürnberg, donde se ha tratado de preservar la esencia de la ciudad antigua a pesar de haber quedado prácticamente arrasada, en Magdeburg se destruyó completamente lo poco que había quedado y se edificó con arquitectura contemporánea. Hay zonas de la ciudad, antaño casco histórico, en las cuales el entramado antiguo se ha perdido y dónde antes había callejuelas tortuosas y saturadas, barrios comerciales y bulliciosas plazas, hoy se abren grandes avenidas de bloques de pisos. Impresionante. Impresionantemente lamentable, quiero decir. Qué mal gusto. Hay lugares en los que se ha preservado alguna iglesia gótica y alrededor se abren edificios que bien podrían corresponderse a los de un suburbio de Moscú. O San Petersburgo, qué más da. Triste, muy triste, pero es lo que hay.
Bueno, creo que eso es todo. Al menos sirve para hacerse una idea de Magdeburg. Yo por mi parte poco más, una tardecita de relax, que ando algo resfriadate y no me apetecía salir. Nada serio y que no se solucione con un poco de té, sopa y diez horas de sueño. Hoy sábado ya estoy como nuevo, y con energías de proseguir el viaje.
¡Hasta luego!
Ayer tuve tiempo, durante las horas de luz, de dar una vuelta y hacer un poco de turismo por la ciudad Magdeburg. La impresión fue agridulce. Por un lado, el hecho de que la ciudad fuera una de las urbes más importantes de toda Centroeuropa durante la Alta y Plena Edad Media obtiene como resultado un patrimonio arquitectónico, románico y gótico, muy digno de resaltar. Pero, por otro lado, he visto uno de los mayores despropósitos urbanísticos de posguerra de mano de la arquitectura soviética. De todo esto tendré ocasión de hablar largo y tendido durante los próximos párrafos, porque merece la pena.
En primer lugar, decir que Magdeburg se encuentra en el estado de Sajonia-Anhalt, a orillas del río Elba en su margen izquierda, unos doscientos o trescientos kilómetros río abajo desde Dresden. La ciudad fue fundada hace unos 1200 años, pero sobre todo es importante a nivel histórico porque Otto der Grosse (Otón el Grande), fundador del Sacro Imperio Romano Germánico allá por el siglo X, estableció aquí su capital. Luego, en el siglo XIII la ciudad entró a formar parte de la Liga Hanseática, y con el devenir de los siglos, a principios de la Edad Moderna, se había convertido junto con Colonia y Hamburgo en una de las tres ciudades más pobladas de lo que hoy es Alemania. Pero no duró mucho tiempo su esplendor. Magdeburg, como otras tantas en esta región de Europa, abrazó con fuerza el protestantismo durante las luchas de religión, y ello, unido a la riqueza de la urbe, hizo que protagonizara uno de los episodios más tristes de la Guerra de los Treinta Años (siglo XVII). Las tropas imperiales (entre las que se encontraban las españolas) pusieron sitio a la ciudad por su alianza decidida con los suecos, y tras seis meses de asedio consiguieron entrar a sangre y fuego. Se dice que, de 35000 habitantes, sólo 5000 sobrevivieron a la matanza. Y, de los principales edificios, tan sólo algunas iglesias y el Dom (Catedral) se salvaron de las llamas. A partir de este suceso, y aunque Magdeburg se recuperó un poco a lo largo de los años, nunca volvió a ser lo que era. Finalmente, en el siglo XX, su privilegiada situación en el centro de Alemania y el hecho de ser un importante nudo ferroviario la hicieron ser cruelmente bombardeada por los aliados. Total, otro 80% de la ciudad arrasada, aunque el Dom se salvó milagrosamente y apenas sufrió daños.
Vista del río Elba hacia el sur, Magdeburg |
Vista del río Elba hacia el norte, Magdeburg |
Ahora comenzaré a describir un poco los principales monumentos de la ciudad, algunos muy interesantes y claros ejemplos de arquitectura medieval. De la catedral y el palacio otónidas no queda casi nada (tan sólo la cripta de la primera en el subsuelo del claustro del Dom (Catedral), que recientes excavaciones arqueológicas han puesto al descubierto), pues fueron arrasados por un incendio fortuito que calcinó media urbe a principios del siglo XIII. Sin embargo, ello propició la construcción de una nueva catedral en el emplazamiento de la anterior, en el nuevo estilo arquitectónico que provenía de Francia. Como resultado, tenemos el primer edificio gótico de lo que hoy es Alemania, aunque la finalización de la obra se demoró tres siglos, hasta bien entrado el siglo XVI. El resultado es un Dom esbelto, magnífico, de torres de más de 100 metros de altitud, que las hacen ser las más altas del este de Alemania. Además, en el coro de la Catedral se conserva la tumba de Otto der Grosse, muy venerada aún hoy en día. Todo ello unido a un claustro coqueto que alterna pasillos románicos con otros en estilo gótico, invitando el turista a dar un paseo y reflexionar.
Vista del Dom desde la ribera del río, Magdeburg |
Vista frontal del Dom, Magdeburg |
Torres del Dom, Magdeburg |
Nave central del Dom, Magdeburg |
Claustro del Dom, Magdeburg |
Exterior del transepto del Dom y claustro, Magdeburg |
Vista del claustro, exterior de la nave central y torres del Dom, Magdeburg |
Sección románica del claustro del Dom, Magdeburg |
Sección gótica del claustro del Dom, Magdeburg |
Tumba de Otto der Grosse (Otón el Grande) en el coro del Dom, Magdeburg |
Otro edificio religioso que me ha llamado poderosamente la atención, y que creo merece una reseña especial dentro de mi blog, es el monasterio y la iglesia del Unser Lieben Frauen, muy cercano al Dom. Se trata de una edificación románica imponente construida en el siglo XII, aunque la nave principal de la iglesia fue reformada en estilo gótico en el último tercio del siglo XIII. Me han gustado mucho sus simples formas, casi minimalistas, compuesta por una triple nave y transepto de formación de cruz latina, y una parte exterior frontal muy bella constituido por un cuerpo central y dos torres cilíndricas. Por no hablar del claustro, sencillamente espectacular. Paz, tranquilidad y armonía; qué alegría (y además rima).
Vista frontal del Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Vista lateral del Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Vista anterior de las torres del Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Exterior de un ábside lateral del Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Edificio románico anexo al claustro del Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Claustro del Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Claustro del Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Claustro del Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Claustro y torres del Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Nave central gótica del Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Lateral de la nave central, estructura románica reformada en estilo gótico, Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Cripta del Unser Lieben Frauen, Magdeburg |
Además del Dom y del anterior monasterio, la ciudad conserva otros muchos edificios religiosos provenientes de la Edad Media (sobre todo góticos, aunque alguno conserva trazas de estructuras románicas anteriores). La mayoría fueron parcial o severamente damnificados durantes los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, pero no por ello pierden su encanto.
Johanniskirche, Magdeburg |
Magdalene Kapelle, Magdeburg |
Sankt Petri Kirche, iglesia gótica que preserva una torre románica de la iglesia anterior, Magdeburg |
Wallonerkirche, Magdeburg |
Sankt Sebastian kirche, Magdeburg |
Pero Magdeburg no sólo destaca por sus iglesias y monasteriores. En una de las plazas principales del casco histórico, el Alter Markt, se yergue una estatua ecuestre del siglo XIII que supuestamente representa a Otto der Grosse, muerto un par de centurias y media atrás. Lo bonito de esta obra de arte es que fue la primera estatua a caballo realizada por un artista local de más al norte de los Alpes en toda la Edad Media. Curioso. Menos mal que en la plaza tienen una réplica, porque con el frío y el mal tiempo que hace normalmente por aquí se podría estropear bastante. También me ha llamado la atención la mezcla de arquitectura de vanguardia junto a edificios algo más clásicos, muy rompedora; un barrio situado al sur del Dom que conserva la esencia de la ciudad de finales del XIX y principios del XX, un par de torres desperdigadas y medio escondidas que formaban parte del perímetro amurallado de la ciudad medieval y dos casas barrocas que son todo lo que quedan de las reformas urbanísticas que sufrío la ciudad tras el saqueo español del primer tercio del siglo XVII. Un poco de todo, como a continuación muestro en las siguientes fotografías.
Estatua ecuestre de Otto der Grosse en Alter Markt, Magdeburg |
Alter Markt, Magdeburg |
Alter Rathaus, Magdeburg |
Mercado navideño en Alter Markt, Magdeburg |
Opera, Magdeburg |
Edificio rosa de arquitectura contemporánea, Magdeburg |
Dos únicas casas barrocas de los siglos XVII - XVIII supervivientes en Breiter Weg, Magdeburg |
Arquitectura típica de finales del XIX o principios del XX, Magdeburg |
Arquitectura típica de finales del XIX o principios del XX, Magdeburg |
Arquitectura típica de finales del XIX o principios del XX, Magdeburg |
Edificio de estilo victoriano, Magdeburg |
Antigua residencia imperial alemana en el siglo XIX, Magdeburg |
Domplatz, Magdeburg |
Torre de la muralla del siglo XIV empotrada en Lukasklause, Magdeburg |
Torre bajomedieval en Fürsterwall, Magdeburg |
Bastión del siglo XVI frente al río Elba y junto al Dom, Magdeburg |
Para finalizar, no podía dejar de hablar de la reforma urbanística de los años 50 del pasado siglo, que en Magdeburg fue especialmente agresiva. A diferencia de Nürnberg, donde se ha tratado de preservar la esencia de la ciudad antigua a pesar de haber quedado prácticamente arrasada, en Magdeburg se destruyó completamente lo poco que había quedado y se edificó con arquitectura contemporánea. Hay zonas de la ciudad, antaño casco histórico, en las cuales el entramado antiguo se ha perdido y dónde antes había callejuelas tortuosas y saturadas, barrios comerciales y bulliciosas plazas, hoy se abren grandes avenidas de bloques de pisos. Impresionante. Impresionantemente lamentable, quiero decir. Qué mal gusto. Hay lugares en los que se ha preservado alguna iglesia gótica y alrededor se abren edificios que bien podrían corresponderse a los de un suburbio de Moscú. O San Petersburgo, qué más da. Triste, muy triste, pero es lo que hay.
Avenida del centro histórico, Magdeburg |
Jakobstrasse, una de las zonas más populosas en época medieval y moderna, Magdeburg |
Breiter Weg, arteria principal de la ciudad medieval y moderna, Magdeburg |
Breiter Weg, arteria principal de la ciudad medieval y moderna, Magdeburg |
Edificio soviético en Breiter Weg junto a la parte frontal del Dom, Magdeburg |
Bueno, creo que eso es todo. Al menos sirve para hacerse una idea de Magdeburg. Yo por mi parte poco más, una tardecita de relax, que ando algo resfriadate y no me apetecía salir. Nada serio y que no se solucione con un poco de té, sopa y diez horas de sueño. Hoy sábado ya estoy como nuevo, y con energías de proseguir el viaje.
¡Hasta luego!
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