¡Buenos días!
Ya he llegado a Klaipeda, mi destino más alejado del viaje. Más de 4000 kilómetros por carretera si fuera por el camino más corto hasta Cádiz. Esta ciudad se encuentra a orillas del Mar Báltico, y se caracteriza principalmente por ser una ciudad portuaria de primer orden. Mi amigo Javi Vicente, de Cádiz, está aquí estudiando unos meses como Erasmus, así que he aprovechado para venir a verle y pasar unos días con él y sus amigos. Y, por otro lado, volver a la vida Erasmus, que la tengo abandonada desde que hace varias semanas (¡parece que fue ayer!) salí de la ciudad de Bologna. Así que nada, una semana movidita por delante. Guay. De todas formas, por primera vez desde que comenzó el viaje he alquilado un apartamentito para mí solo, lo cual me apetecía sobre manera porque cansa un poco vivir varias semanas de prestado en continuo nomadismo. Estupendo, pues; cinco días para relajarme, descansar y alternar un poco con los amigos. Y con casa propia, con libertad absoluta. Se apetece.
De todas formas, no vine directamente a Klaipeda desde Vilnius, sino que hice una parada a mitad de camino en Kaunas para dar una vuelta, conocer sus principales monumentos y comer por ahí. Kaunas es la segunda ciudad del país por volumen poblacional, y ha sido históricamente el centro académico, cultural y económico de la sociedad lituana. Por este motivo no podía desaprovechar la ocasión de detenerme, aunque sólo fuera por unas horas, en el lugar. A nivel histórico y topográfico, la ciudad antigua se asienta en una especie de península fluvial con forma de uve flanqueada por dos ríos, el Neris y el Nemunas, que se unen precisamente en su extremo. El casco histórico conserva varias iglesias y edificios góticos fabricados en ladrillo, las ruinas de su antiguo castillo medieval con la arquitectura militar típica de la región (estilo Trakai), una plaza principal enorme y preciosa y algunos edificios diversos de diferentes épocas. Pero, por otro lado, Kaunas posee un ensanche de finales del XIX o principios del XX, al estilo de Barcelona, con calles en retícula que van a morir a la ciudad antigua. Esta barrio hoy en día es el centro comercial de la ciudad, y en una de sus plazas destaca una estupenda iglesia de cruz griega que es la que preside el entorno. Y todo esto rodeado por multitud de colinas que serpentean en las orillas opuestas de los ríos, a su vez pobladas por frondosos bosques. Muy bonito.
Para terminar, un detalle que puede parecer una obviedad pero que me llama poderosamente la atención. Ayer, mientras conducía camino de Klaipeda, el tiempo era cambiante. Llovía, salía el sol, se nublaba, volvía a llover, volvía a salir el sol, etcétera. Hasta ahí todo normal, cosas de la zona. Sin embargo, a las doce de la mañana, cuando el sol estaba en su cénit, me puse a observarlo y me sorprendió, pues no había caído hasta entonces, lo increíblemente bajo que se encontraba. Obvio, pues estamos en Noviembre y nos encontramos muy al norte, pensé. Pero sentí curiosidad por calcular su inclinación de manera matemática. Así que me puse a darle a la cabeza. OK, estamos a mitad de noviembre, con lo cual llevamos consumido un 60% de la estación otoñal. Recordé, pues lo había leido la tarde anterior en la Wikipedia, que Klaipeda está a 55 grados de latitud norte (Cádiz está a 36 grados, por ejemplo). Teniendo en cuenta que estamos en estas fechas y en el hemisferio norte, el sol formará 90 grados con el horizonte en latitud sur 60% de los 23 grados del Trópico de Capricornio (el día del solsticio de invierno el sol cae directamente sobre el Trópico de Capricornio formando 90 grados con el firmamento). Osea, 90 grados con el horizonte aproxidamente en el paralelo 14 del hemisferio sur. Con lo que hemos comentado de que Klaipeda está a 55 grados latitud norte, eso quiere decir que a medio día el sol sólo subió ¡21 grados (90 - (55+14)) sobre el suelo! Osea, que a duras penas se dejaba ver en el cielo. Curioso.
¡Feliz martes!
Ya he llegado a Klaipeda, mi destino más alejado del viaje. Más de 4000 kilómetros por carretera si fuera por el camino más corto hasta Cádiz. Esta ciudad se encuentra a orillas del Mar Báltico, y se caracteriza principalmente por ser una ciudad portuaria de primer orden. Mi amigo Javi Vicente, de Cádiz, está aquí estudiando unos meses como Erasmus, así que he aprovechado para venir a verle y pasar unos días con él y sus amigos. Y, por otro lado, volver a la vida Erasmus, que la tengo abandonada desde que hace varias semanas (¡parece que fue ayer!) salí de la ciudad de Bologna. Así que nada, una semana movidita por delante. Guay. De todas formas, por primera vez desde que comenzó el viaje he alquilado un apartamentito para mí solo, lo cual me apetecía sobre manera porque cansa un poco vivir varias semanas de prestado en continuo nomadismo. Estupendo, pues; cinco días para relajarme, descansar y alternar un poco con los amigos. Y con casa propia, con libertad absoluta. Se apetece.
De todas formas, no vine directamente a Klaipeda desde Vilnius, sino que hice una parada a mitad de camino en Kaunas para dar una vuelta, conocer sus principales monumentos y comer por ahí. Kaunas es la segunda ciudad del país por volumen poblacional, y ha sido históricamente el centro académico, cultural y económico de la sociedad lituana. Por este motivo no podía desaprovechar la ocasión de detenerme, aunque sólo fuera por unas horas, en el lugar. A nivel histórico y topográfico, la ciudad antigua se asienta en una especie de península fluvial con forma de uve flanqueada por dos ríos, el Neris y el Nemunas, que se unen precisamente en su extremo. El casco histórico conserva varias iglesias y edificios góticos fabricados en ladrillo, las ruinas de su antiguo castillo medieval con la arquitectura militar típica de la región (estilo Trakai), una plaza principal enorme y preciosa y algunos edificios diversos de diferentes épocas. Pero, por otro lado, Kaunas posee un ensanche de finales del XIX o principios del XX, al estilo de Barcelona, con calles en retícula que van a morir a la ciudad antigua. Esta barrio hoy en día es el centro comercial de la ciudad, y en una de sus plazas destaca una estupenda iglesia de cruz griega que es la que preside el entorno. Y todo esto rodeado por multitud de colinas que serpentean en las orillas opuestas de los ríos, a su vez pobladas por frondosos bosques. Muy bonito.
Río Nemunas, Kaunas |
Río Neris, Kaunas |
Unión de los ríos Neris y Nemunas, Kaunas |
Calle principal del centro, Kaunas |
Iglesia de cruz griega del centro, Kaunas |
Iglesia gótica cerca del río Nemunas, Kaunas |
Edificio tardo-gótico, Kaunas |
Antiguo ayuntamiento en mitad de la plaza principal del casco histórico, Kaunas |
Plaza principal del casco histórico, Kaunas |
Iglesia gótica cerca del castillo, Kaunas |
Iglesia gótica-renacentista en la calle principal del casco histórico, Kaunas |
Calle principal del casco histórico, Kaunas |
Calle principal del casco histórico, Kaunas |
Torre y barbacana del castillo, Kaunas |
Castillo, Kaunas |
Castillo, Kaunas |
Para terminar, un detalle que puede parecer una obviedad pero que me llama poderosamente la atención. Ayer, mientras conducía camino de Klaipeda, el tiempo era cambiante. Llovía, salía el sol, se nublaba, volvía a llover, volvía a salir el sol, etcétera. Hasta ahí todo normal, cosas de la zona. Sin embargo, a las doce de la mañana, cuando el sol estaba en su cénit, me puse a observarlo y me sorprendió, pues no había caído hasta entonces, lo increíblemente bajo que se encontraba. Obvio, pues estamos en Noviembre y nos encontramos muy al norte, pensé. Pero sentí curiosidad por calcular su inclinación de manera matemática. Así que me puse a darle a la cabeza. OK, estamos a mitad de noviembre, con lo cual llevamos consumido un 60% de la estación otoñal. Recordé, pues lo había leido la tarde anterior en la Wikipedia, que Klaipeda está a 55 grados de latitud norte (Cádiz está a 36 grados, por ejemplo). Teniendo en cuenta que estamos en estas fechas y en el hemisferio norte, el sol formará 90 grados con el horizonte en latitud sur 60% de los 23 grados del Trópico de Capricornio (el día del solsticio de invierno el sol cae directamente sobre el Trópico de Capricornio formando 90 grados con el firmamento). Osea, 90 grados con el horizonte aproxidamente en el paralelo 14 del hemisferio sur. Con lo que hemos comentado de que Klaipeda está a 55 grados latitud norte, eso quiere decir que a medio día el sol sólo subió ¡21 grados (90 - (55+14)) sobre el suelo! Osea, que a duras penas se dejaba ver en el cielo. Curioso.
¡Feliz martes!
No comments:
Post a Comment